30 octubre 2009

Rogad al Dueño de la Mies

“Como la vocación es una gracia, lo primero que hay que hacer, si queremos vocaciones es orar, pidiendo insistentemente al Señor opportune et importune, que quiera dar a muchos la gracia de la vocación a la Compañía. Difícilmente encontraremos un objeto más urgente para nuestra oración que éste de las vocaciones" Padre Arrupe
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Señor Jesucristo, tú que conoces cómo llegar al corazón del hombre, abre la mente y el corazón de los jóvenes, que buscan y esperan una palabra de verdad para su vida; hazles sentir que sólo en el misterio de tu encarnación pueden encontrar plena luz; da valor a los que saben dónde encontrar la verdad, pero temen que tu llamada sea demasiado exigente; sacude el alma de los jóvenes que quisieran seguirte, pero no saben vencer las dudas y los miedos, y acaban por escuchar otras voces y seguir otros callejones sin salida.
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Tú, que eres la Palabra del Padre, Palabra que crea y salva, Palabra que ilumina y sostiene los corazones, vence con tu Espíritu las resistencias y vacilaciones de los espíritus indecisos; suscita en aquellos a quienes llamas valor para dar la respuesta de amor: "¡Heme aquí, envíame!" (Is 6, 8).
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Virgen María, joven hija de Israel, ayuda con tu amor maternal a los jóvenes a quienes el Padre dirige su Palabra; sostén a los que ya están consagrados. Que repitan, como tú, el sí de una entrega gozosa e irrevocable. Amén

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